El aumento progresivo de los precios de la energía ha provocado que la factura energética represente una parte cada vez más significativa de los costes de producción de los bienes y servicios que ofrece cualquier organización. Conseguir reducir el consumo energético comporta un ahorro económico importante para la compañía, además de un aumento de la productividad y de contribuir a la sostenibilidad del planeta.